REFLEJO
Traté de verme a mí
misma en el reflejo de tus ojos,
traté de vislumbrar
mi esencia imperceptiva en tus antojos.
Esperando una
palabra que confirmara mi existencia,
esperando una
ínfima respuesta tuya ante mi ausencia.
Vi en ti, lo que no
me animé a encontrar en mí,
en ti vi, lo que
deseé con todas fuerzas encontrar ahí.
Vi en ti, la imagen
inventada de la fe enardecida,
que más que darme
aliento, me dejó enceguecida.
¿Me enamoré de ti,
o de lo que en ti vi de mí?
Llenaste con mi
propia esencia lo que no advertía en ti.
¿Me enamoré de lo
tuyo, o de lo que vi mío en ti?
Pues te
identificaba mis enigmas ocultos por vivir.
Lo que me faltaba,
tú no lo tenías tampoco.
Lo que yo tenía
oculto, tú lo explotabas a tu antojo.
Lo reprimido para
mí, para ti era fácil de concebir,
mas sin embargo
junto a ti, yo no veía el porvenir.
Y así se dio un
juego de lectura de la mente,
donde a cada paso
me hundía más en lo inclemente.
¡Oh… clarividencia
omnipotente de intuir lo que pensabas!
¡Maldita fantasía
alucinatoria de creer lo que en ti pasaba!
¡Qué distorsionado
está nuestro reflejo, ya en el olvido!
¡Qué vana fue la
tentativa de creerte poseído!
y falsa la promesa
de entregarme a ti, si no quisiste.
Pues ni tuya fui, y
tú nunca me perteneciste.